Podemos ahora preguntarnos ¿qué es un multiverso? Vale decir, ¿cómo se clasifican los posibles
multiversos de acuerdo a la cosmología actual? En base a lo ya desarrollado, un multiverso es un
conjunto de universos pero con ciertas propiedades.
Según Tegmark
(25)
, los multiversos pueden dividirse en cuatro tipos o clases diferentes:
1. Un universo con expansión acelerada que termina generando múltiples regiones causalmente
desconectadas, pero donde todos estos dominios surgieron de un mismo "inicio" (en las épocas
embrionarias de un Big Bang), es lo que se califica como multiverso de clase-I. Esta clase, como
vimos, no es nada controversial.
2. La clase-II, en cambio, es aquella en donde hay varios big bangs, como sucede genéricamente en
los modelos de la inflación eterna de Linde, o bien en los modelos oscilantes de Steinhardt y Turok,
y donde los distintos universos comparten las mismas leyes físicas, pero son regidos por diferentes
constantes fundamentales. (Aquí se combinan los modelos de multiversos temporales y espaciales
de Gale que ya hemos mencionado.)
3. La clase-III, por su parte, está reservada a aquellos multiversos que surgen en el marco de la
interpretación de muchos mundos de Everett de la mecánica cuántica.
4. Finalmente, la jerarquía termina con los multiversos de clase-IV, que agrupa universos que no
sólo no comparten leyes o constantes, sino que, además, podrían tener estructuras matemáticas
diferentes. Es decir, aquí se postula que todo universo matemáticamente posible, tiene realidad
física y es uno de los integrantes de ese multiverso. A esta propuesta, que de más está decir no
cuenta con muchos adeptos, a veces se la llama "democracia matemática".
Pero los universos de la inflación eterna -supuestamente- tienen todos un origen causal común y,
además, comparten el mismo espacio-tiempo y sus leyes físicas (decimos "supuestamente" porque
Linde afirmaba que en estos modelos no había un origen). Por esta razón, para algunos
investigadores no forman un multiverso con integrantes completamente desconectados entre sí (la
condición de "separación" en la clasificación de Gale, pero ahora más restrictiva
(1)
). Lo mismo
puede afirmarse para los modelos cíclicos de Steinhardt y Turok. Estos dos son los multiversos
(pertenecientes a la clase-II) que más se han trabajado en los últimos años, y que con mayor
profundidad fueron estudiados para extraer predicciones sobre las constantes fundamentales, y
especialmente sobre la constante cosmológica. Según Ellis y colaboradores
(1)
, al tener una cierta
conexión (como mencionamos antes: origen causal común y espacio-tiempo común), se ha
propuesto cambiarles el nombre y llamarlos "universo multi-dominio", dejando el nombre
"multiverso" para aquellos conjuntos de universos estrictamente disjuntos y causalmente
desconectados (y que ni siquiera compartan nuestro mismo espacio-tiempo). A pesar de ser una
propuesta bastante coherente, quizá como era de esperarse, muy pocos son capaces de resistir a la
tentación de emplear la palabra "multiverso" en el título de sus papers.
Como menciona Kragh
(5)
, en el pasado los físicos consideraban que las leyes de la naturaleza eran
únicas y constituían los principios fundamentales a partir de los cuales se podían modelar los
fenómenos naturales. Hoy, en cambio, los cosmólogos adeptos al multiverso consideran que no hay
nada especial en las leyes que rigen el universo; estas serían meras "leyes derivadas", locales y
permitidas antrópicamente, de manera tal de ser compatibles con la existencia de la vida como la
conocemos. Estas leyes, entonces, -ya conocidas o aún por descubrir- dejan de ser necesarias y
pasan a ser contingentes, al igual que muchos de los valores de los parámetros físicos y
cosmológicos que determinan nuestro universo.
VII. Estatus científico y la posibilidad de hacer predicciones
Llegados a este punto se presenta una cuestión de no poca importancia, pues: ¿basta con verificar
que estos -quizás innumerables- universos posibles sean consistentes con las leyes básicas de la
física-matemática? ¿O es necesario que sea posible detectarlos (observarlos) en la forma usual,